En el corazón de Zacatecas, el municipio de Guadalupe resguarda una rica historia cultural y religiosa, íntimamente ligada a la veneración de la Virgen de Guadalupe. Este lugar, que se ha convertido en un destino significativo tanto para la fe como para la cultura. Debe su nombre y esencia a la profunda devoción guadalupana que ha permeado la región desde tiempos coloniales.

Orígenes de la Devoción en Guadalupe
La historia de Guadalupe, Zacatecas, se entrelaza con la fe en la Virgen de Guadalupe, cuya influencia se extendió ampliamente en esta área. Los nobles locales, movidos por su fervor religioso, donaron generosos terrenos para la construcción del Convento de Guadalupe, un santuario dedicado a la venerada imagen, que eventualmente daría nombre al pueblo.
El año 1676 marcó el inicio de la construcción de un santuario dedicado a la Virgen de Guadalupe. Este lugar sagrado, confiado a la Orden Franciscana, se convirtió en el epicentro de la evangelización y la civilización en el norte de México y el sur de los Estados Unidos. En 1707, se fundó ahí el Colegio Apostólico de Propaganda Fide, un testimonio de la importancia religiosa y cultural de la región.
Reconocimiento Mundial y Patrimonio de la Humanidad
El valor artístico e histórico del edificio del Colegio Apostólico de Propaganda Fide en Guadalupe fue reconocido internacionalmente en 2010, cuando la UNESCO lo inscribió en la lista del Patrimonio Mundial. Este reconocimiento se otorgó dentro del contexto del Camino Real de Tierra Adentro, destacando la importancia de Guadalupe en la ruta histórica y cultural.
Guadalupe, Zacatecas: Un Destino de Fe y Cultura
Hoy, Guadalupe no solo es un reflejo de su pasado histórico y religioso, sino también un destino vivo de fe y cultura. Cada 12 de diciembre, la devoción a la Virgen de Guadalupe se renueva y celebra, atrayendo a fieles y visitantes que buscan experimentar la riqueza espiritual y cultural de este emblemático lugar en Zacatecas. Su legado continúa inspirando a generaciones de fieles y amantes de la cultura, manteniendo viva la esencia de la devoción a la Virgen de Guadalupe.