El pasado 6 de junio, Zacatecas fue declarada oficialmente como Zona de Monumentos Históricos. Según el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), este reconocimiento abarca 827 inmuebles construidos entre los siglos XVI y XIX, distribuidos en 169 manzanas del Centro Histórico. La ciudad es considerada una joya del barroco y la arquitectura virreinal, con fachadas de cantera rosa y construcciones emblemáticas que le han dado fama nacional e internacional.
Sin embargo, la distinción contrasta con una realidad preocupante: el delegado del INAH en Zacatecas declaró a inicios de septiembre que han identificado 105 fincas en riesgo y han iniciado los preparativos para crear un semáforo según el desgaste de las construcciones.
Por otro lado, según lo declarado por Protección Civil estatal, ya se encuentran 14 fincas en riesgo de colapso.
La falta de mantenimiento, la humedad y las lluvias estacionales– que se intensifican especialmente entre agosto y septiembre- agravan el problema. El INAH señala que la falta de limpieza en azoteas, el deterioro de bajantes pluviales y la acumulación de agua pueden generar daños graves e incluso derrumbes.
Además, en el sitio de del Centro de Inteligencia Territorial los testigos aseguran que los trámites burocráticos son tardados y costosos, esto orilla a muchos propietarios al abandono. También se menciona que algunas de estas casas terminan invadidas por jóvenes para consumir sustancias adictivas, acelerando aún más su deterioro.
Aunque la categoría de Zona de Monumentos implica un marco de protección jurídica, lo cierto es que, en la práctica, esto no ha sido suficiente para detener el deterioro. Sin una estrategia integral de conservación, acompañada de incentivos, asesoría técnica y procesos accesibles, el patrimonio histórico podría continuar desmoronándose, piedra por piedra.
Fotos: Qué pasa en Zacatecas.