Aunque poco común en humanos, la rabia continúa siendo un riesgo cuando no se aplican medidas de prevención. Recientemente. en Zacatecas, se registró la muerte de una joven de 17 años, originaria de Mezquital del Oro, tras presuntamente haber contraído el virus por el ataque de un zorrillo en su domicilio.
¿Qué es la rabia y cómo se transmite?
De acuerdo con la Secretaría de Salud, la rabia es una enfermedad viral presente en la saliva de animales infectados. Puede transmitirse entre especies y a humanos, principalmente a través de mordeduras o arañazos profundos. En el entorno doméstico, los murciélagos, zorros y zorrillos son los principales transmisores, mientras que en áreas rurales también puede presentarse en el ganado.
Síntomas que alertan en humanos
Los síntomas iniciales pueden confundirse con malestares comunes, pero a medida que la enfermedad avanza se presentan manifestaciones neurológicas graves:
- Síntomas generales: fiebre, dolor de cabeza, debilidad muscular, malestar general, dolor en el sitio de la herida y hormigueo o entumecimiento en la zona afectada.
- Síntomas neurológicos: ansiedad, agitación, confusión, salivación excesiva, hipersensibilidad a la luz (fotofobia), al aire (aerofobia) y al agua (hidrofobia).
- Etapas avanzadas: delirios, alucinaciones, insomnio, parálisis y finalmente la muerte.
Prevención: el papel de la vacunación
Las autoridades sanitarias recalcan la importancia de la vacunación de perros y gatos, así como evitar que las mascotas estén en contacto con animales silvestres. Además, exhortan a la población a no acercarse ni manipular especies como murciélagos, zorros o zorrillos.
En caso de mordedura o rasguño, se recomienda:
- Lavar de inmediato la herida con agua y jabón.
- Acudir de manera urgente a una unidad médica.
- Identificar al animal agresor, en caso de ser un perro o gato, para conocer si cuenta con vacunación vigente.
También advierte que el ganado puede presentar signos como excitación, salivación profusa, ojos saltones, pupilas dilatadas, falta de coordinación y parálisis progresiva. Ante cualquier sospecha, lo indicado es no manipular al animal y notificarlo a las asociaciones ganaderas locales, además de acudir a una unidad de salud si hubo contacto.
La rabia es prevenible cuando se actúa a tiempo. Por lo que es importante acudir de inmediato a los servicios médicos tras cualquier agresión de animales silvestres o de compañía con comportamiento extraño, ya que la atención temprana puede salvar vidas.
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