Ruth Marianna Handler nació el 4 de noviembre de 1916 en Denver, Colorado. Hija de inmigrantes judío-polacos, desde joven mostró una visión empresarial que la acompañaría toda su vida.
Junto a su esposo, Elliot Handler, comenzó un pequeño negocio en Los Ángeles fabricando muebles con plásticos como Lucite y Plexiglás. Su determinación y sentido práctico la llevaron a impulsar el crecimiento de la empresa, que pronto se transformó en una oportunidad mayor.
En 1945, los Handler, junto con Harold “Matt” Matson, fundaron Mattel. Lo que inició como una compañía dedicada a fabricar marcos de fotos, pronto se orientó al mundo de los juguetes, donde encontraron su verdadera vocación. 
El nacimiento de una idea revolucionaria
Durante los años cincuenta, Ruth observó que su hija Barbara prefería jugar con muñecas de papel que representaban a mujeres adultas. Aquella observación despertó una inquietud: crear una muñeca tridimensional que permitiera a las niñas proyectar sus aspiraciones más allá de la infancia.
En un viaje a Europa, Ruth descubrió la muñeca alemana Lilli, cuyo diseño le inspiró a desarrollar su propia versión. De regreso en Estados Unidos, presentó a Barbie, bautizada en honor a su hija. La muñeca debutó el 9 de marzo de 1959 en la Feria del Juguete de Nueva York, aunque su éxito llegó tiempo después, impulsado por la publicidad televisiva.
Un legado que trascendió generaciones
Con Barbie, Ruth Handler no solo creó un producto, sino un símbolo de posibilidades. En un contexto donde las niñas jugaban con muñecos que representaban bebés, Barbie ofrecía la oportunidad de imaginar profesiones, aventuras y estilos de vida diferentes.
Handler falleció el 27 de abril de 2002 a los 85 años, dejando tras de sí una de las figuras más reconocidas del siglo XX. Su visión transformó la industria del juguete y abrió paso a una nueva manera de representar la independencia femenina desde la infancia.
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