El violentómetro es una herramienta didáctica desarrollada por el Instituto Politécnico Nacional (IPN) con el propósito de visibilizar las distintas formas de violencia que pueden manifestarse en la vida diaria, muchas veces de manera sutil o normalizada. Presentado en forma de regla, este material gráfico clasifica los tipos de violencia en distintos niveles para facilitar su comprensión y detección.

¿Cómo está estructurado el violentómetro?
El violentómetro está diseñado en tres niveles diferenciados por colores, los cuales representan grados crecientes de violencia. Cada nivel está asociado con una señal de alerta, que permite a las personas identificar cuándo una conducta debe generar preocupación o incluso atención urgente.
Esta clasificación no implica que las conductas deban experimentarse de manera escalonada. Las manifestaciones de violencia pueden presentarse de forma intercalada, dependiendo de la relación o el contexto.
Aplicación en distintos entornos
Aunque su origen está vinculado a la prevención en instituciones educativas, el violentómetro también se ha implementado en contextos familiares, laborales y comunitarios. Su versatilidad permite que cualquier persona pueda identificar patrones de comportamiento que podrían derivar en violencia física, emocional o psicológica.
El valor del violentómetro radica en su capacidad para traducir situaciones complejas en un lenguaje visual y accesible. Esta herramienta continúa vigente desde su creación hace más de 15 años y es promovida por diversas instituciones públicas y organizaciones civiles como parte de sus estrategias para fortalecer la cultura de la prevención y la denuncia.
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