El 11 de abril de 1765 nació en Pátzcuaro, Michoacán, María Gertrudis Bocanegra Mendoza, en una época marcada por profundas desigualdades sociales. Hija de Pedro Xavier Bocanegra y María Feliciana de Mendoza.
Gertrudis se rebeló desde joven frente a las normas de su tiempo: contrajo matrimonio con Pedro Advíncula de la Vega y Lazo, a pesar del rechazo de su padre, mostrando determinación y autonomía en un mundo limitado para las mujeres.
Compromiso con la independencia
Con el estallido del movimiento insurgente en 1810 encabezado por Miguel Hidalgo y Costilla, Gertrudis Bocanegra y su familia se sumaron a la lucha por la libertad.
- Actuó como correo de los insurgentes, proporcionando información sobre las fuerzas realistas en Pátzcuaro y Tacámbaro.
- Apoyó con recursos militares y económicos a los combatientes.
- Tras la muerte de su esposo e hijo en la batalla del Puente de Calderón (17 de enero de 1811), continuó su participación acompañando a su yerno en campañas insurgentes durante tres años.
Su compromiso con la causa la llevó a colaborar con Xavier Mina, buscando organizar un levantamiento a favor de la independencia, incluso entre tropas realistas.
Resistencia y sacrificio frente al poder
Durante una misión para sustentar el movimiento insurgente, Gertrudis fue descubierta junto con otras personas mientras intentaban obtener el parque de la guarnición. Sometida a interrogatorio, no delató a nadie ni reveló los planes, demostrando fortaleza ante el gobierno español.
Finalmente, fue condenada a muerte por sedición y conspiración, siendo fusilada el 11 de octubre de 1817 al pie de un fresno en la Plaza de San Agustín, Pátzcuaro. Antes de morir, arengó al pueblo para que continuara la lucha por la independencia y la libertad.
Legado que trasciende generaciones
El caso de María Gertrudis Bocanegra representa a cientos de mujeres que participaron activamente en la guerra por la independencia de México, muchas de ellas sin llegar a ver la nación libre. Sus acciones y valentía fueron fundamentales para el triunfo final y siguen inspirando el reconocimiento hacia las mujeres insurgentes en la historia mexicana.
Actualmente, su nombre y memoria permanecen como símbolo de resistencia, coraje y compromiso patriótico, recordándonos que la independencia de México fue también construida por mujeres que arriesgaron todo por la libertad de su país.
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