Algunas historias no comienzan en oficinas ni con grandes capitales, comienzan en la calle, con trabajo duro y una idea persistente. Así inició el camino de Julio Cepeda Garza, un hombre que transformó la adversidad en vocación y que, desde Monterrey, dio forma a una de las cadenas jugueteras más reconocidas de México. Hoy, su nombre está ligado a la infancia de millones de familias y a casi siete décadas de constancia empresarial.
Los primeros pasos de un emprendedor
Julio Cepeda Garza nació el 20 de diciembre de 1932 en Monterrey, Nuevo León. Desde temprana edad enfrentó circunstancias complejas: quedó huérfano de madre a los 11 años y tuvo que trabajar para mantenerse. Bolear zapatos y vender periódicos en la estación ferroviaria de Cuauhtémoc y Colón marcaron sus primeros acercamientos al esfuerzo diario y al trato con las personas.
A los 15 años, un accidente en una fábrica de muebles le provocó la pérdida de cuatro dedos de la mano derecha. Aquello cambió su rumbo, pero también abrió una nueva etapa en su vida a través del ciclismo.
El ciclismo llevó a Julio Cepeda a representar a México en competencias de alto nivel, como los Juegos Olímpicos de Helsinki 1952 y los Juegos Centroamericanos de 1954. Al mismo tiempo, trabajó en un negocio de bicicletas, donde adquirió experiencia comercial y técnica.
Con ese aprendizaje, el 4 de noviembre de 1954 abrió un pequeño taller de bicicletas en la colonia Industrial de Monterrey. Este espacio modesto sería el origen de lo que, con el paso del tiempo, evolucionaría hacia Julio Cepeda Jugueterías.
Una historia que sigue en marcha
A medida que el negocio creció, la tienda cambió de ubicación hasta llegar a la esquina de Cuauhtémoc y Colón, el mismo lugar donde años antes vendía periódicos. Con visión y constancia, la empresa amplió su catálogo y se enfocó en el mundo del juguete.
Actualmente, Julio Cepeda Jugueterías cuenta con más de 45 sucursales distribuidas en 11 estados del país, ofreciendo productos de marcas reconocidas y atendiendo a generaciones de niñas y niños en México.
A sus 93 años, Don Julio Cepeda continúa activo dentro de la empresa, compartiendo experiencia y manteniendo el vínculo con la esencia del negocio: el juego como parte de la vida familiar. Su trayectoria muestra cómo la disciplina, la adaptación y el trabajo sostenido pueden convertir una idea sencilla en una empresa de alcance nacional.
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