Entre el polvo, los ecos y las almas que habitan la tierra árida del México profundo, Juan Rulfo encontró su voz. Nacido el 16 de mayo de 1918 en Sayula, Jalisco, fue un escritor, guionista y fotógrafo que supo entrelazar la realidad y la fantasía para construir un universo literario único. Su obra, de tono sobrio y melancólico, retrató los paisajes, las costumbres y los silencios de un país en transformación.
Infancia y formación de un creador
Durante su infancia, Rulfo vivió entre Sayula y San Gabriel, hoy Venustiano Carranza. En 1933 intentó ingresar a la Universidad de Guadalajara, pero debido a una huelga se trasladó a la Ciudad de México, donde asistió como oyente al Colegio de San Ildefonso. En 1934 comenzó a escribir y a colaborar en la revista América, donde publicó algunos de sus primeros textos.
De los archivos a la literatura
Antes de dedicarse de lleno a la escritura, trabajó como archivista y agente de inmigración entre 1936 y 1946. Más tarde, desarrolló su faceta como fotógrafo y colaboró con instituciones como la Comisión del Papaloapan y el Instituto Nacional Indigenista.
Su talento literario emergió con fuerza en 1945, cuando publicó los cuentos Nos han dado la tierra y Macario en revistas nacionales. En 1953, el Fondo de Cultura Económica reunió sus relatos en El llano en llamas, una obra que retrata la dureza del campo mexicano.
Pedro Páramo y el legado universal
En 1955, Rulfo publicó Pedro Páramo, novela que lo consagró como una de las voces más importantes de la literatura en español. Traducida a múltiples idiomas, la obra marcó una nueva forma de entender la narrativa latinoamericana.
Aunque después de Pedro Páramo no volvió a publicar un libro, algunos de sus textos aparecieron en revistas literarias. Entre ellos destacan Un pedazo de noche, El despojo y el poema La fórmula secreta.
Reconocimientos y últimos años
Por su contribución a la literatura, Rulfo recibió el Premio Xavier Villaurrutia en 1956 y el Premio Príncipe de Asturias en 1983. También fue miembro de la Academia Mexicana de la Lengua desde 1980. Falleció el 7 de enero de 1986 en la Ciudad de México, dejando una huella profunda en la literatura mundial.
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