El huracán Otis, de categoría 5, ha dejado un rastro de devastación en Acapulco, uno de los principales destinos turísticos de México. La ciudad se encuentra incomunicada y sin servicios básicos, como luz, teléfono e internet. Además, la Autopista del Sol sufrió varios deslaves, y el aeropuerto se encuentra cerrado hasta nuevo aviso debido a los graves daños que sufrió.
Hasta el momento, no se tienen reportes de la situación en las colonias populares de Acapulco ni en las comunidades a lo largo de la Costa Grande de Guerrero, donde tocó tierra el huracán.
La Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) ha informado que el aeropuerto de Acapulco presenta daños en infraestructura y equipos de inspección, inundación del área de mostradores, la torre de control fuera de servicio y la comandancia destruida.
Las vías de acceso también están bloqueadas, lo que ha llevado a la suspensión de las operaciones hasta nuevo aviso. Los daños causados por el huracán Otis son incuantificables y se esperan que sean mayores que los causados por los huracanes Paulina y Manuel.
El paso del Huracán Otis: la devastación
La devastación es evidente, con hoteles, comercios, restaurantes y viviendas fuertemente dañados por las ráfagas de viento que alcanzaron hasta 315 kilómetros por hora. Se estima que más de un millón de personas en el puerto y sus zonas conurbadas han quedado afectadas, sin acceso a agua potable, alimentos y comunicación.
Además, 400 mil personas de otros municipios han sufrido daños en sus propiedades, y miles de turistas han quedado atrapados en hoteles inutilizados. La desesperación ha llevado a situaciones de rapiña en supermercados y tiendas de abarrotes.
Las lluvias asociadas al huracán han provocado el desbordamiento de los ríos Papagayo, Balsas y Truchas, así como deslaves en la Autopista del Sol. Localidades como Coyuca de Benítez, San Marcos, Ajuchitlán del Progreso y San Miguel Totolapan también han resultado gravemente afectadas.
En respuesta a esta catástrofe, el Gobierno federal ha activado el Bono para Catástrofes, que ofrece una cobertura de hasta 485 millones de dólares para casos de huracanes y terremotos. Además, la Secretaría de Hacienda asegura contar con un presupuesto de 35 mil millones de pesos para atender la emergencia a través del Fondo y el Programa de Desastres Naturales.
La magnitud de la devastación en Acapulco es evidente, y se espera que la recuperación sea un proceso largo y costoso. Las autoridades están trabajando arduamente para restablecer los servicios y brindar ayuda a los afectados por este desastre natural.