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Gema Mercado: La educación para la salvación

Gema Mercado es un personaje destacado dentro de la academia y la investigación en Zacatecas: “Desde chica me gustaba estudiar. Me gustaba la vida y si te gusta la vida te gusta entenderla. Entonces puede ser que te guste un aspecto de la vida la biología o qué te gustan los animalitos, o que te gustan las estructuras.” comentó en entrevista con MVIEW.

M: Para empezar, nos gustaría conocer más sobre su trayectoria. ¿Qué la impulsó a dedicarse a la academia y la investigación, y cómo ha evolucionado su camino en estos ámbitos?

    GM: En particular me gustó mucho la física y la matemática. Tiempo después me hice matemáticas profesional. Eso me ha dado plenitud de poder hacer  una carrera, ejercerla y tener liderazgo en el ámbito. Tener esa posibilidad es un gran bien, el poder dedicar años de tu vida al razonamiento abstracto y a las estructuras.

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    Siempre tenemos la duda sobre la matemática: ¿para qué sirve? ¿para qué es? A mí me gustó poder entender para qué servía y para qué es y cómo son. Lo he disfrutado muchísimo.

    La matemática es una gran abstracción de las formas de las estructuras,  del razonamiento, de la lógica del razonamiento. Te conduce a conclusiones que, digamos, con verdades simples las puedes entrelazar y llegar a verdades más complejas.

    Te enseña a pensar. Y no solo eso, nuestro mundo está hecho de la matemática y de las posibilidades que han desarrollado al comprender mejor el mundo físico, el mundo que nos rodea.  Tenemos un mundo muy desarrollado, un mundo sumamente complejo. Desde la perspectiva tecnológica, eso le ha permitido la capacidad de razonamiento matemático, la propia Inteligencia artificial  es una consecuencia y está contenida de toda la lógica de los algoritmos matemáticos.

    Lo he disfrutado mucho y me ha permitido tener una perspectiva de la vida que he disfrutado. 

    M: A lo largo de su carrera, ha alcanzado importantes logros. ¿Cuáles considera que han sido los más significativos y por qué?

      GM: Logros de los que conoce la sociedad he tenido algunos, pero el logro más importante ha sido tener la posibilidad de una vida plena de razonamiento. De relaciones de calidad. De salud. Ese es el logro más importante. 

      En términos de la organización social: fui 12 años directora del Consejo Zacatecano de Ciencia, Tecnología e Innovación en Zacatecas lo cual me dio oportunidad de apoyar a jóvenes, a mujeres en particular, para aceptar su vocación, para luchar por ella y para desarrollarla.

      Fui, durante 4 años, secretaria de Educación del Gobierno del Estado de Zacatecas. He sido durante 36 años profesora investigadora de la Universidad Autónoma de Zacatecas. He sido profesora en otras universidades. He realizado estancias de investigación en Estados Unidos y en otros países.

      En fin, he tenido una vida profesional muy exitosa y muy plena. Aunque ese no es mi logro principal, ese ya te lo dije al principio.

      M: Con más de 36 años como investigadora en la UAZ y su participación en proyectos como el Museo Interactivo de Matemáticas y el Laboratorio de Estadística y Matemática Aplicada. ¿Cómo ha percibido los cambios en la participación de las mujeres en la academia e investigación en Zacatecas?

        GM: Sin duda ha avanzado y sigue avanzando. Hay muchísimas investigadoras  en la Unidad Académica de matemática  de la UAZ. La mayor parte del tiempo la dirección ha estado a cargo de mujeres. Yo fui directora en alguna ocasión al principio del 2000 al 2004.

        Cuando yo era estudiante iba a la escuela de ingeniería y no veías mujeres. Ahora te das una vuelta y está llena de ellas. Lo puedes ver también en las posiciones que hay, tenemos ahorita una Secretaria del Sindicato del Personal Académico de la Universidad Autónoma de Zacatecas.

        Es más difícil ver, un mayor número de mujeres mientras subes en posiciones de poder. Es mucho más complicado: uno porque hay una estructura  muy centrada en los hombres, que la cuidan y la protegen, Y hay una forma de hacer política y de hacerte una persona pública que a las mujeres no siempre nos atraen. Ellos inventaron una forma de hacer política en la que se rechazan la presencia de mujeres, y lo vemos en todas esas luchas que se dieron por la equidad, las cuales han permitido que más mujeres participemos en puestos públicos.

        Siempre recuerdo el comentario: “es que no tenemos mujeres preparadas, no preparamos mujeres para esto” y yo internamente, con mucha ironía pensaba: “ ah! y los hombres están preparados. O sea, los políticos que tenemos estaban preparados para ese puesto”. Y es un poco cómico por los políticos hombres que tenemos parece que piensan que están preparados para la vida pública. Cuando es sobre mujeres, entonces sí se exige: “pero es que no está lista” o “es que no la preparamos”. ¿Y qué es eso de preparar?

         Las mujeres somos más de la mitad, al menos en Zacatecas. A las mujeres no nos gusta la forma de participar en responsabilidades públicas y de hacer política, porque es bastante desagradable, mafioso, interesado, corrupto y con muchas desveladas.

        Ellos tienen una forma de hacer política que siempre se sienten como peces en el agua, y las mujeres no siempre nos sentimos así. Que no vayas en todo el día a tu casa, que no atiendas a tu familia, que no te atiendas a ti misma, que no tengas tiempo para cuidar tu salud, hacer ejercicio. De llevar una vida más sana. Las mujeres rechazamos un poco esa forma.

        No se ha podido construir una forma más saludable que compatibilice tu salud personal, la salud de relaciones con otras personas y la responsabilidad pública. Los hombres abandonan todo y se entregan a la vida pública. Pueden pasar días y días sin atender ninguna responsabilidad personal, digamos familiar, y se sienten cómodos.

        Por un lado hay un rechazo de que la mujer participe. Por otro lado, hay un rechazo a una estructura muy androcentrista.

        Afortunadamente, he podido desarrollar proyectos que me dan mucha satisfacción. Trabajé 41 años en instituciones públicas, entre el gobierno y la universidad. Ahora estoy jubilada y me dedico a hacer encuestas. Tengo algunos negocios personales, tengo mucho más tiempo para mi salud y para mi familia.

        Me siento muy bien. En una vida muy equilibrada y la vida pública de una mujer o de un hombre no siempre se puede equilibrar, no es fácil. En realidad la vida pública es conflictiva, es injusta y es una cosa muy notable. Se ha convertido en una actividad sumamente violenta. Violenta físicamente y en la forma de comunicarnos.  

        Siempre he lamentado que tengamos políticos que propician el odio, la descalificación de los adversarios, porque los líderes políticos se convierten en ejemplo para sus correligionarios, para todos los que les andan ahí haciendo la barba todo el tiempo y eso baja hasta la sociedad. Creo que el mundo pasa por un desafortunado momento de violencia. Ahora es un lujo decir cosas que antes, hace apenas unos años, era políticamente inaceptable.

        M: Aunque México ha avanzado en la inclusión de las mujeres, el país aún ocupa el puesto 109 de 146 en participación y oportunidades económicas. ¿Qué estrategias podrían implementarse desde la academia y la investigación para reducir esta brecha?

          GM: Muy cierto que, aunque aparentemente, en las estructuras hay paridad, la vida es sumamente inequitativa, desigual y muy injusta.

          La educación es una gran salvación, siempre tenemos que aspirar a ser una sociedad, una comunidad mucho más educada. Desgraciadamente la educación no está en su mejor momento. 

          La educación se ha vuelto también una estructura rígida del poder y eso se reproduce. Se reproducen en el salón, se reproducen las escuelas, entonces las escuelas también nos convertimos en cajas de resonancia de la cultura y la cultura es sumamente anti-mujer

          Cuando digo ”la educación” es un tipo diferente, en la que ponga en primer término la posibilidad de que cada persona se conozca a sí misma. Que cada persona se gestione a sí mismo, sus emociones, sus relaciones y su salud. Luego sobre esa base tener la posibilidad de construir comunitariamente para todos, instituciones y proyectos que sean más incluyentes, que sean más justos y que por supuesto se hayan derivado de un razonamiento creativo y colectivo, también compasivo.

          La educación ahora es recetas, cosas técnicas, datos, cifras, fechas, Ideologías equivocadas impuestas y estructuras de poder. Creo que tenemos que incluir en la educación la posibilidad del conocimiento propio, de la compasión y del trabajo comunitario. No es decir “elevemos el nivel educativo”, nos falta mucho.

          M: Con solo el 46% de las mujeres participando en la economía, impulsar su inserción en carreras STEM es un reto clave. ¿Qué factores considera esenciales para lograrlo y qué iniciativas podrían marcar la diferencia?

            Trabajé muchos años de mi vida en eso. Una cosa fundamental es la familia; si en la familia no te dan el espacio, la posibilidad o incluso el apoyo, es muy difícil. Entonces, la familia tiene que estar presente en las instituciones, en el gobierno con apoyos, becas y posibilidades.

            Participé muchas veces en programas de televisión y radio, y yo les decía: En las casas, permítanles a sus hijos que estudien, tanto hombres como mujeres. Permítanles tener un espacio silencioso, un espacio personal donde puedan reflexionar y trabajar, donde sea y en las condiciones en las que sea, pero es muy importante.

             A veces nuestra cultura mexicana fomenta tanto, qué es algo bueno, que tengamos relaciones de calidad con la familia, el problema es que a la vez se fomentan relaciones de poder dentro de la familia .

            El las familias llega ser un lujo no dejar a una persona que esté reflexionando, porque le dices “inclúyete ven,  ven mira llegaron los tíos. Ven a la comida. Participa aquí”. O peor aún, sentarse enfrente del televisor en familia como si fuera a construir un lazo.

            Yo les daré un consejo muy sencillito: permitan cierta intimidad a la persona. Permitan tener un espacio de reflexión y no presionemos con siempre estar conviviendo, porque la inteligencia el razonamiento y la autoeducación requiere una reflexión íntima, propia y personal.

            M: Desde las instituciones académicas y los centros de investigación, ¿Qué esfuerzos se han realizado para promover la equidad de género en ciencia y tecnología, y qué más se podría hacer?

              Se ha hecho muchísimo tanto en las instituciones como en las instituciones educativas, porque ha habido una tendencia mundial. Eso siempre está presente: a mayor justicia, mayor inclusión para una mayor inteligencia para el desarrollo real y sostenido. Si no contemplas a la mitad de la población, con su inteligencia, su talento y sus ideas, y más allá de su sola presencia, no vas a lograr ese desarrollo.

              Entonces, se ha hecho mucho, pero justo ahora vivimos una especie de ciclo recesivo en cuanto a los derechos. Ahora, los políticos tienen la capacidad de afirmar cosas o incluso de rechazar. Los jóvenes  tienen esa tendencia que le dicen ‘woke’, como si fuera un defecto. La palabra misma habla de despertar, y parece que estamos viviendo un momento negativo, porque se pueden decir cosas que antes no se aceptarían, y ahora se aplauden o se apoyan, mientras que quienes tienen posturas muy conservadoras respecto a la participación de la mujer en el desarrollo tienen un gran poder en este momento

              M: Como mujer líder en el ámbito académico y científico, ¿Qué aprendizajes ha adquirido y qué consejo daría a las nuevas generaciones de mujeres interesadas en estos campos?

                Que procuren hacerlo de manera distinta a como lo ven. Que no solo repitan esquemas que observan, porque los esquemas que tenemos fueron formados en una cultura muy androcentrista. Que inventen nuevas formas, no solo repetir, no solo caminar esos senderos de éxito que muchas veces han sido construidos con una cultura muy machista.

                Entonces, inventemos otras formas de desarrollo. Por ejemplo, esa búsqueda del poder por el poder. El poder debería tener como origen la posibilidad de que todo tu talento se despliegue y colabores con el bien común. Pero no parece que veamos eso; a veces es más bien el ánimo de notoriedad, intereses personales, ambiciones de dinero, ambiciones de control. A veces son más defectos psicológicos o mentales que un ánimo constructivo para todos.

                Por ejemplo, cuando ves a políticos que dicen: “yo quiero trabajar por un mundo mejor para mis nietos y mis hijos'”. Yo digo: “Ay, qué cortos se quedan”, se quedan con un interés personal, pero las personas que trabajamos en la vida pública debemos poner por encima de todo el bien común, no lo personal ni lo familiar.

                Entonces, sí, el consejo que les daría es: busquen contribuir, busquen participar. No nos echemos para atrás, pero de una forma distinta, una forma que incluya la salud mental, que incluya la compasión, que incluya la bondad. No solo el interés por ser más, por ser más distinguido, por ser más grande, por tener más poder, por tener un puesto más alto. Me parece que eso es bastante machista.

                M: La colaboración entre academia, industria y gobierno es fundamental para la innovación. Desde su perspectiva, ¿Cómo ha sido este proceso y qué oportunidades existen para fortalecerlo?

                  Es fundamental la colaboración porque se han hecho muchos esfuerzos. Creo que poco a poco se ha ido entendiendo y se comprende que son actividades y segmentos sociales que se necesitan mutuamente y que pueden crecer mejor. Los países más desarrollados lo entendieron más fácilmente y de manera muy natural; están entrelazados. A veces, en nuestros países, cada quien va por sus caminos, por caminos paralelos. Creo que poco a poco se ha ido entendiendo, aunque falta mucho.

                  Las industrias debe reconocer los valores económicos que hay en las instituciones, y las instituciones deben reconocer el valor social que tiene el trabajo que realizan las industrias y las empresas.

                  Sí, se ha fomentado, pero todavía persiste una falta de comprensión. Incluso el lenguaje es distinto, un lenguaje un poco de desconfianza, un poco de no reconocimiento. En términos de la sociedad, en términos de esas posibilidades, no debemos seguir construyendo una estructura social, tecnológica y de desarrollo por vías paralelas. Tenemos que caminar todos juntos. Todo está entrelazado.

                  M: Para cerrar ¿Qué mensaje le gustaría compartir con las mujeres que buscan desarrollarse en la academia, la investigación y el liderazgo dentro de la triple hélice?

                    Que no se rindan pese a que a veces recibimos maltrato. Que participen con toda su capacidad, con todo su talento, con toda su decisión, con autoestima y seguridad. A veces, a las mujeres nos falta mucha seguridad en la participación debido al maltrato y la descortesía.

                    Creo que tenemos muchísimo que aportar. De hecho, todas esas cualidades que culturalmente se han construido y que biológicamente tienen cierta condición de atención, de ser detallistas y todo lo demás. Las cualidades que podemos traer las distintas personas, las cualidades que las mujeres podemos aportar a la industria y a la innovación, son muy importantes. Nuestra forma de ser, nuestra forma de ver, de razonar, de pensar, que a veces pueden ser un poco diferentes y son reconocidas, pero deben ser valoradas.

                    Es mejor venir con todas esas cualidades y que se reconozcan, en lugar de declinar ante vocaciones personales o gustos personales. El talento y la inteligencia de la mujer son indispensables para el desarrollo sostenible. Si hay necesidad, si hay lugar, vayamos con decisión.

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