La historia de Jarritos comenzó en la Ciudad de México, cuando el químico Francisco ‘El Güero’ Hill Ávalos transformó su comedor en un pequeño laboratorio para experimentar con agua carbonatada y sabores naturales.
Su primer intento, un refresco con sabor a café, no logró el éxito esperado en 1950, pero abrió el camino para un descubrimiento que marcaría la cultura mexicana: los sabores frutales inspirados en las aguas frescas tradicionales.
Del café a la mandarina: un cambio que lo hizo famoso
Tras el intento fallido con el café, Hill Ávalos desarrolló una nueva fórmula basada en mandarina, logrando un refresco con sabor auténtico y natural que rápidamente conquistó a los consumidores. Con el tiempo, añadió otros sabores como lima, tamarindo y piña. 
El nombre “Jarritos” proviene de las aguas de sabores servidas en jarras de barro, utilizadas para mantenerlas frescas por más tiempo.
Originalmente, las botellas no contaban con etiquetas, ya que los consumidores las distinguían por el color del líquido. Posteriormente, se incorporó el logotipo con tres jarritos marrones y borde verde, destacando los sabores más populares.
Internacionalización y legado cultural
Según el CEO, aunque Francisco Hill Ávalos fue el creador de Jarritos, en 1983 la marca fue adquirida por Embotelladora Mexicana S.A. de C.V., parte del Consorcio Aga. Bajo esta gestión, Jarritos inició su expansión internacional en 1988, llegando al mercado estadounidense a través de la alianza con Novamex, empresa dedicada al embotellado y distribución de bebidas mexicanas en el extranjero.
Hoy, Jarritos se vende en más de 45 países, incluyendo Corea del Sur, donde se ha vuelto tendencia entre jóvenes, gracias a videos en TikTok que muestran la aceptación del refresco mexicano en culturas distintas. La marca mantiene la imagen de Hill Ávalos como símbolo de autenticidad, recordando su visión de combinar ciencia, tradición y sabor en cada botella.
La visión de Francisco ‘El Güero’ Hill Ávalos de llevar las aguas frescas a un formato moderno sigue vigente, haciendo de cada botella de Jarritos un testimonio del ingenio mexicano que conquistó el mundo.
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