El Departamento de Comercio de Estados Unidos anunció que, a partir del 14 de julio de 2025, la mayoría de los tomates importados desde México estarán sujetos a un arancel del 20.91%.
La medida se aplicará tras la suspensión del Acuerdo de Suspensión de Tomate (TSA), firmado en 2019 durante el gobierno de Donald Trump, el cual buscaba evitar una investigación antidumping. Este acuerdo permitía a los productores mexicanos exportar tomates frescos a Estados Unidos a precios iguales o superiores al de referencia, con el fin de prevenir impactos negativos en el mercado estadounidense.
Impacto económico y comercial de los tomates
El tomate mexicano representa el 55% del consumo total en Estados Unidos, de acuerdo con cifras del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA). Asimismo, el 98% de las exportaciones mexicanas de tomate tienen como destino al país vecino del norte.
El GCMA advirtió que esta medida podría afectar gravemente el comercio agrícola y podría generar incrementos en los precios para el consumidor final estadounidense.
Los exportadores mexicanos contarán con un periodo de tres meses antes de comenzar a pagar la nueva tarifa, lo que permitirá a las empresas ajustar sus operaciones y explorar estrategias legales o comerciales. No obstante, el impacto se prevé significativo tanto para los productores como para los intermediarios logísticos involucrados en la cadena de exportación.
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