La figura de Elon Musk ha adquirido más poder por su cercanía con Donald Trump, siendo una de las figuras a seguir en 2025. Sus empresas más destacadas son Tesla, SpaceX, Neuralink y The Boring Company, a las que se suma la reciente adquisición de X, antes Twitter.
Estas firmas no solo han redefinido industrias como la automotriz, la espacial y la de inteligencia artificial, sino que también han catalizado un cambio hacia un futuro más tecnológico y sostenible. Ahora, con su participación en el nuevo gobierno de Donald Trump, Musk se posiciona como una figura clave en la intersección entre innovación tecnológica y política gubernamental.
¿Dónde están hoy las compañías de Musk?
En los últimos años, las empresas de Elon Musk han experimentado un notable crecimiento en valor y relevancia. Tesla, su firma de vehículos eléctricos, alcanzó en 2024 una capitalización de mercado de aproximadamente 1.3 billones de dólares, consolidándose como la compañía automotriz más valiosa del mundo. 
SpaceX, por su parte, ha revolucionado la industria aeroespacial, logrando hitos como el desarrollo del cohete reutilizable Falcon 9 y el inicio de la colonización marciana mediante el programa Starship. Con una valoración que supera los 150,000 millones de dólares, SpaceX es el socio preferido de gobiernos y empresas privadas para proyectos espaciales.
Neuralink y The Boring Company, aunque más pequeños en comparación, también han mostrado avances significativos. Neuralink trabaja en el desarrollo de interfaces cerebro-computadora que podrían transformar sectores como la medicina y la tecnología, mientras que The Boring Company explora soluciones de infraestructura para reducir el tráfico urbano a través de túneles subterráneos.
El jefe de la oficina más eficiente
El regreso de Donald Trump a la presidencia en 2024 ha venido acompañado de estrategias poco convencionales, y la incorporación de Musk como figura clave en su administración no es una excepción.
En diciembre de 2024, el presidente electo de los Estados Unidos anunció la creación del Departamento de Eficiencia Gubernamental, destinado a modernizar la administración pública y reducir costos mediante el uso de tecnologías avanzadas y prácticas de gestión inspiradas en el sector privado. Musk, junto con el empresario Vivek Ramaswamy, ha sido nombrado como líder de este departamento, lo que marca un cambio radical en la forma en que el gobierno de Estados Unidos opera.
La relación entre Musk y Trump, sin embargo, no ha estado exenta de controversias. Aunque ambos comparten una visión de “hacer grande a América otra vez” mediante la promoción de la innovación, han surgido diferencias en temas clave como la migración. Musk ha defendido enérgicamente el programa de visas H-1B, que facilita la contratación de trabajadores extranjeros altamente calificados, argumentando que es esencial para mantener a Estados Unidos como líder en innovación tecnológica. No obstante, la postura ha generado fricciones dentro del movimiento MAGA (Make America Great Again), donde algunos sectores más nacionalistas ven estas políticas como una amenaza para los trabajadores estadounidenses.
Trump, sin embargo, parece alinearse con Musk en este tema, destacando que atraer talento especializado fortalece a la economía nacional. Esto ha provocado debates internos en el movimiento, pero también subraya el papel de Musk como una figura influyente capaz de moldear políticas públicas clave.
¿Un gobierno futurista?
La influencia de Musk en el gobierno podría tener implicaciones de largo alcance. Su participación en el Departamento de Eficiencia Gubernamental es vista como una oportunidad para integrar herramientas de inteligencia artificial, optimización de procesos y tecnologías limpias en las operaciones gubernamentales. Entre los primeros proyectos que se anticipan están:
- La implementación de sistemas basados en inteligencia artificial para optimizar la asignación de recursos federales.
- La digitalización y automatización de trámites gubernamentales, con el objetivo de reducir la burocracia y aumentar la transparencia.
- Colaboraciones con SpaceX para garantizar la supremacía estadounidense en la carrera espacial, especialmente en un contexto de creciente competencia con China.
Las políticas podrían ser transformadoras pero requieren de la cooperación del gobierno estadounidense, lo cual será el primer reto al que se enfrentará Musk. Por ejemplo, la integración de tecnologías disruptivas en un sistema gubernamental tradicional podría encontrar resistencia por parte de burócratas y legisladores más conservadores, no solo de los demócratas opositores sino de los mismos republicanos.
Osvaldo Camacho
