El desempleo encubierto, también conocido como desempleo oculto o subempleo, se refiere a una situación en la que las personas que están empleadas no están trabajando a su capacidad total o no están empleadas de acuerdo con sus habilidades y necesidades laborales.
En otras palabras, estas personas tienen empleo, pero no están utilizando su potencial laboral de manera completa o adecuada. Existen varias formas de desempleo encubierto:
Subempleo por tiempo parcial involuntario: Esto ocurre cuando las personas trabajan a tiempo parcial, pero desearían trabajar a tiempo completo. Pueden estar empleadas solo unas pocas horas a la semana, lo que no les proporciona un ingreso suficiente para satisfacer sus necesidades financieras.
Sobrecualificación: Se presenta cuando las personas tienen más habilidades o educación de las requeridas para el trabajo que están desempeñando. Por ejemplo, una persona con un título universitario puede estar trabajando en un empleo que normalmente no requiere un nivel educativo tan alto.
Empleo temporal o precario: Algunas personas pueden estar empleadas en trabajos temporales, ocasionales o de corta duración, lo que les dificulta tener una fuente de ingresos constante y estable.
El desempleo encubierto es una preocupación importante en la economía de México, ya que puede indicar que el mercado laboral no está funcionando de manera eficiente. Las personas subempleadas pueden enfrentar dificultades financieras y sentirse insatisfechas con sus trabajos actuales, lo que puede tener efectos negativos en su bienestar económico y emocional.
Además, puede subutilizar el talento y las habilidades de la fuerza laboral, lo que no es óptimo para el crecimiento económico a largo plazo. Por lo tanto, el desempleo encubierto es una consideración importante para los gobiernos y los economistas al evaluar la salud del mercado laboral y diseñar políticas laborales efectivas.