El 29 de septiembre no solo es una fecha en el calendario, también es un recordatorio de la relación profunda entre México y el maíz. Declarado oficialmente en 2019 por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), el Día Nacional del Maíz rinde homenaje a un alimento que ha nutrido a generaciones desde las civilizaciones mesoamericanas hasta la actualidad.
El proceso de domesticación comenzó hace más de 7,000 años, cuando los antiguos habitantes transformaron los “teocintles” en el maíz que hoy conocemos. Este grano alimentó a culturas como los aztecas, mayas, zapotecas y mixtecas, siendo la base de su vida social, económica y cultural.
Actualmente, México resguarda una de las mayores riquezas bioculturales del planeta: de las 64 razas de maíz registradas, 59 son nativas.
En 2023, la producción de maíz grano en México alcanzó las 27.5 millones de toneladas, lo que representó el 87.8% de la producción nacional de granos. Estos números muestran el papel central de este cultivo en la dieta de millones de familias.
De acuerdo con la SADER, el Gobierno de México impulsa el Plan México, que busca aumentar la producción nacional de 21.3 millones de toneladas en 2025 a 25 millones en 2030. Una parte esencial de esta estrategia se concentra en el sur-sureste del país, donde se pretende alcanzar 3.6 millones de toneladas adicionales para 2030.
El Día Nacional del Maíz es más que una celebración: es un llamado a reconocer la historia de este grano, valorar la labor de las y los productores y mirar hacia el futuro con un compromiso firme con la autosuficiencia y soberanía alimentaria.
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