Cada 30 segundos, una persona muere en el mundo por complicaciones derivadas de la hepatitis viral crónica. Aunque se cuenta con vacunas eficaces, tratamientos seguros e incluso cura para algunos tipos, esta enfermedad continúa siendo una de las más desatendidas a nivel global. En este contexto, el 28 de julio se conmemora el Día Mundial contra la Hepatitis, una fecha que busca generar conciencia, impulsar la prevención y fortalecer los sistemas de atención y diagnóstico.
La efeméride fue establecida en 2010 por la 63ª Asamblea Mundial de la Salud con el propósito de visibilizar el impacto. De acuerdo con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), esta enfermedad representa un serio problema de salud pública mundial, comparable con otras enfermedades transmisibles como la tuberculosis, el VIH o el paludismo.
Hepatitis: Cifras en América
Según datos recientes de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en América más de 10 millones de personas viven con hepatitis B o C crónica. Aunque la hepatitis C es curable, solo una cuarta parte de los casos diagnosticados en América Latina y el Caribe ha accedido al tratamiento. En el caso de la hepatitis B, el panorama es aún más preocupante: apenas el 21 % de las personas infectadas han sido diagnosticadas y solo el 4.4 % recibe tratamiento.
Cada año se reportan más de 8 mil nuevas infecciones por hepatitis B y cerca de 176 mil por hepatitis C en la región, con un saldo estimado de 58 mil muertes asociadas. Si no se toman acciones inmediatas, las proyecciones indican que, para 2040, la hepatitis viral podría superar en número de muertes anuales a la malaria, la tuberculosis y el VIH/sida juntos.
Llamado a la acción
La OPS ha reiterado que eliminar la hepatitis viral como problema de salud pública antes del año 2030 es posible, siempre que exista voluntad política y acciones concretas. En colaboración con los gobiernos de la región, el organismo impulsa el acceso equitativo a pruebas diagnósticas, medicamentos y vacunas a través del Fondo Estratégico y el Fondo Rotatorio.
No obstante, los desafíos persisten. La falta de información, el estigma y las barreras de acceso siguen limitando las posibilidades de diagnóstico temprano y tratamiento. Por ello, este 28 de julio, el llamado no es solo a conmemorar, sino a actuar.
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