Cada 11 de febrero se conmemora el Día Internacional de la Niña y la Mujer en la Ciencia, una fecha establecida por la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) para promover la participación equitativa en los campos científicos y tecnológicos. La iniciativa busca eliminar las barreras que han limitado el acceso de las mujeres a la ciencia y generar oportunidades para futuras generaciones.
Según la ONU, la participación de las mujeres en disciplinas como la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas continúa siendo inferior a la de los hombres. En campos emergentes como la inteligencia artificial, solo el 22% de los profesionales son mujeres. A nivel mundial, las mujeres representan únicamente el 28% en ingeniería y el 40% en informática y computación, lo que pone de manifiesto una clara brecha de género en estos sectores.
La falta de representación femenina en la ciencia responde a múltiples factores, incluyendo estereotipos de género y la falta de políticas públicas que fomenten la equidad en estos campos. A medida que las mujeres avanzan en sus carreras científicas, la brecha se acentúa. Un estudio de 14 países indica que la posibilidad de que una mujer complete un doctorado en ciencias es de 2%, mientras que en los hombres la cifra asciende a 6%.

Mujeres mexicanas en la ciencia
México cuenta con una larga historia de mujeres que han dejado huella en el ámbito científico. Algunas de las más destacadas son:
- Matilde Montoya (1859-1938): Primera médica mexicana, quien abrió camino para que más mujeres ingresaran a la medicina.
- Helia Bravo Hollis (1901-2001): Primera bióloga titulada en México y pionera en el estudio de las cactáceas.
- Paris Pismish Acem (1911-1999): Astrónoma precursora de la astronomía moderna en México.
- María Teresa Gutiérrez Vázquez: Geógrafa pionera en el uso de mapas para analizar el crecimiento de las ciudades.
- Alejandra Bravo de la Parra: Bioquímica reconocida por su investigación en el control del mosquito transmisor del dengue.
- Julieta Fierro: Astrónoma destacada por su labor en la divulgación científica.
- Esperanza Martínez Romero: Investigadora biomédica enfocada en el uso de microbios para aplicaciones agrícolas sostenibles.
En México, este compromiso debe traducirse en mayores inversiones en educación científica y la implementación de programas que promuevan el interés por estas disciplinas desde edades tempranas. Pues al reducir la brecha de género en la ciencia, se contribuye al desarrollo de soluciones innovadoras que benefician a toda la sociedad.
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