Diciembre trae celebraciones, compromisos y un ingreso adicional que muchas personas esperan durante todo el año: el aguinaldo. Este pago, reconocido como un derecho laboral en el artículo 87 de la Ley Federal del Trabajo, suele llegar en un momento de alto gasto. Por ello, administrarlo con cuidado puede marcar una diferencia importante en el cierre del año y el inicio del siguiente.
La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) comparte recomendaciones para que este recurso se utilice de manera más ordenada y consciente.
Antes de gastar: ordenar y planear
Al tratarse de un ingreso extraordinario, el aguinaldo suele destinarse rápidamente a compras decembrinas. No obstante, comenzar con un presupuesto permite tener mayor control sobre su uso. Identificar gastos necesarios, compromisos pendientes y metas personales ayuda a evitar decisiones impulsivas.
La Condusef sugiere dividir el aguinaldo en partes para darle un destino claro, por ejemplo:
- 20% para gustos personales
- 30% para gastos propios de la temporada
- 50% para objetivos financieros, como ahorro o pago de deudas
Deudas primero: reducir presiones financieras
Uno de los usos más recomendables del aguinaldo es el pago de deudas, especialmente aquellas con tasas de interés elevadas, como tarjetas de crédito o préstamos personales. Cada abono adicional ayuda a disminuir intereses y libera presión financiera para los meses siguientes.
La recomendación es comenzar con las deudas más costosas o con saldos pequeños, ya que esto permite avanzar con mayor rapidez y claridad.
Ahorro y previsión: un respaldo para imprevistos
Destinar una parte del aguinaldo al ahorro puede ofrecer tranquilidad a corto y mediano plazo. Un fondo de emergencia funciona como respaldo ante situaciones inesperadas, como gastos médicos, reparaciones o periodos sin ingresos.
Para fortalecer este hábito, se sugiere:
- Abrir una cuenta de ahorro separada.
- Apartar el dinero desde el momento en que se recibe el aguinaldo.
- Evitar utilizar este fondo para gastos no urgentes.
Pensar en el futuro también es una opción
Además del ahorro tradicional, el aguinaldo puede destinarse a acciones de largo plazo, como aportaciones voluntarias a la Afore o el fortalecimiento de un Plan Privado de Retiro. Antes de hacerlo, la Condusef recomienda informarse sobre los instrumentos disponibles y verificar que estén registrados en el Sistema de Información de Prestadores de Servicios Financieros (SIPRES).
Disfrutar con medida
El aguinaldo también permite darse un gusto o compartir con familiares y amistades. La recomendación no es evitar el disfrute, sino hacerlo con equilibrio, sin comprometer la estabilidad financiera de los meses siguientes. Enero suele ser un periodo complicado para muchas personas, por lo que guardar al menos el 10% del aguinaldo puede ayudar a enfrentar la llamada “cuesta de enero”.
Una estrategia útil es “pagarse primero”: separar el ahorro antes de destinar el resto del dinero a otros gastos, reduciendo así la tentación de gastarlo por completo.
Más allá de las compras decembrinas, el aguinaldo representa la oportunidad de cerrar ciclos, ordenar deudas y crear una base más estable para el año que inicia. Administrarlo con planeación permite transformar este ingreso en un apoyo real para las finanzas personales y afrontar los primeros meses del nuevo año con mayor calma.
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