Un trayecto que conectaba Salina Cruz con Coatzacoalcos se convirtió en una experiencia marcada por la emergencia y la pérdida. El reciente descarrilamiento ocurrido a la altura de Nizanda, Oaxaca, dejó una profunda huella entre pasajeros, tripulación y comunidades cercanas. Más allá del hecho técnico, el impacto humano ha sido el centro de atención en las horas posteriores al accidente.
De acuerdo con información oficial de la Secretaría de Marina (Semar), en el tren viajaban 250 personas, entre tripulación y pasajeros, a bordo de dos locomotoras y cuatro vagones, cuando se registró el descarrilamiento de la máquina principal.
Personas afectadas
El balance de afectaciones actualizado da cuenta de la magnitud del suceso. Según el reporte institucional, 139 personas se encuentran fuera de peligro, mientras que 98 resultaron lesionadas. De este último grupo, 36 permanecen bajo atención médica hospitalaria, en tanto que el resto presentó lesiones menores. Lamentablemente, 13 personas perdieron la vida como consecuencia del accidente. 
Estas cifras permiten dimensionar el alcance del evento y la presión inmediata que enfrentaron los servicios de emergencia y salud en la región.
Atención, rescate y acompañamiento
Desde las primeras horas posteriores al descarrilamiento, se desplegó un operativo que incluyó 360 elementos navales, 20 vehículos, cuatro ambulancias terrestres, tres aéreas y el apoyo de un dron táctico. Además, personal de sanidad naval participó en las labores de atención y traslado de personas lesionadas a hospitales locales.
De forma paralela, se realizaron maniobras de rescate en coordinación con autoridades de los tres órdenes de gobierno, especialmente para auxiliar a personas que cayeron a un talud de aproximadamente siete metros de altura.
Mientras continúan las labores de apoyo a las personas afectadas, la Semar mantiene coordinación con la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes y con la Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario para determinar las causas del accidente y definir las acciones necesarias para restablecer la operatividad de la vía, priorizando la seguridad de usuarios e infraestructura.
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