El CEO de Tesla, Elon Musk, anunció el 23 de julio que la compañía detendrá temporalmente su inversión en México, al menos hasta que se celebren las elecciones presidenciales en Estados Unidos.
Esta decisión no implica una cancelación definitiva, sino más bien una pausa estratégica. Musk explicó: “Creo que tenemos que ver lo que pasa con la elección. Trump ha dicho que pondrá aranceles a los vehículos producidos en México. Por lo tanto, no tiene sentido invertir mucho en el país si eso va a suceder”.
Tesla había revelado anteriormente sus planes para construir una planta de ensamblaje en México, con la intención de iniciar la producción de automóviles a partir de 2026. La Gigafactory, que se proyecta ubicar en la zona metropolitana de Monterrey, Nuevo León, fue anunciada durante un evento para inversores el año pasado, donde se confirmó una inversión inicial de 5 mil millones de dólares. 
Sin embargo, la incertidumbre política y económica en Estados Unidos está influyendo en las decisiones empresariales. Donald Trump ha manifestado su deseo de aumentar los aranceles sobre los vehículos importados desde México como parte de su campaña electoral. Esta medida podría tener un impacto significativo en la industria automotriz mexicana y complicar los costos asociados con la producción y exportación de vehículos en el mercado estadounidense.
Presidente de México ante declaraciones de Tesla
Ante esta situación, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador reaccionó al anuncio de Musk calificándolo como “no serio”. López Obrador advirtió que este cambio de planes podría afectar a los consumidores estadounidenses debido a los altos costos de producción en su país. Además, se mostró tranquilo ante las repercusiones del posible retraso en la llegada de Tesla al señalar que habrá otros inversionistas, ya que México está experimentando un crecimiento económico referente a cifras récord de inversión extranjera directa (IED).
La postura del presidente refleja una confianza en la capacidad del país para atraer inversiones a pesar de las incertidumbres políticas externas. A medida que se acercan las elecciones estadounidenses, tanto Musk como López Obrador deberán estar están atentos a cómo estos eventos influyen en el futuro económico y empresarial entre ambos países. La situación actual pone de manifiesto la interconexión entre las decisiones empresariales y el clima político internacional, así como la importancia estratégica que tiene México para empresas como Tesla.
Mientras Tesla evalúa su futuro en México ante un panorama incierto por las elecciones estadounidenses y posibles cambios arancelarios, el gobierno mexicano mantiene una postura optimista sobre la atracción de inversiones extranjeras. La evolución de este escenario será crucial para determinar el rumbo tanto de Tesla como del sector automotriz mexicano en los próximos años.
Por Paloma Anguiano
