Zacatecas vive una tendencia de fuga de talentos, un fenómeno que priva al estado de su capital humano, además perpetúa ciclos de estancamiento económico y social. Jóvenes formados en el estado optan por irse en busca de mejores condiciones educativas, laborales y de vida. Pero ¿qué los empuja a tomar esa decisión? Carlos López Aranda, rector de la Universidad de la Vera-Cruz (UVC), ofrece a MVIEW un diagnóstico contundente.
Un entorno que expulsa en lugar de retener
La principal razón por la que los jóvenes abandonan Zacatecas es la falta de oportunidades de desarrollo profesional. Muchos egresados no encuentran empleo, ni espacios para aplicar sus conocimientos. A esto se suma un factor igual de grave: la percepción de inseguridad, pese a que en recientes indicadores se registran avances, continúa siendo un freno para familias y jóvenes que prefieren buscar estabilidad en otros estados o países.
Pero el problema va más allá del empleo y la seguridad. El sistema educativo es, en palabras de López Aranda, un componente central del problema. “El 95% de los servicios educativos dependen de un sistema público que atraviesa constantes huelgas y paros, lo que genera incertidumbre y deserción escolar. Este monopolio estatal en la educación, apoyado con subsidios exclusivos para universidades públicas, asfixia los proyectos privados de calidad, limita la diversidad de opciones y obliga a muchos estudiantes a emigrar en busca de instituciones con mejor nivel académico.”, señala. 
Una migración silenciosa.
Los datos lo confirman. Solo un 20% de quienes inician la primaria en Zacatecas llegan a niveles de educación superior, y de ese grupo reducido, una tercera parte decide estudiar fuera del estado.
Los destinos más frecuentes son: Aguascalientes, Guadalajara, Ciudad de México, Monterrey, Puebla, e incluso la migración ilegal hacia Estados Unidos.
Este fenómeno representa una pérdida doble: Zacatecas invierte en la formación básica de sus jóvenes, pero otros estados —o países— aprovechan ese talento en la etapa más productiva.
Factores invisibles que también pesan
Además de los ya mencionados, existen barreras que agravan la fuga de talentos:
- Falta de apoyos al emprendimiento local, mientras se privilegia el capital foráneo.
- Ausencia de visión a futuro, con escasas oportunidades de innovación o desarrollo personal.
- Desvalorización del talento local, con una narrativa social que normaliza que el joven exitoso “tiene que irse”.
Estas condiciones generan un sentimiento de desarraigo y frustración, donde la salida se ve como única alternativa.
¿Es posible reconectar con quienes ya se fueron?
Carlos López Aranda sostiene que sí es posible vincularse con el talento zacatecano en el exterior, mediante mecanismos formales que aprovechen su experiencia. “Muchos de estos profesionistas mantienen un fuerte sentido de pertenencia y estarían dispuestos a colaborar en proyectos educativos, culturales o de emprendimiento”, asegura.
Propone el impulso de redes digitales de colaboración, mentorías en línea, transferencia de conocimientos y alianzas estratégicas que permitan una vinculación productiva a distancia.
Sin embargo, lograr el regreso físico de quienes ya se fueron es un reto mayor. Para ello, Zacatecas tendría que ofrecer condiciones estructurales de calidad, como conectividad digital, infraestructura moderna, seguridad y oportunidades reales de inversión.
Repensar el modelo económico: talento local + inversión externa
Uno de los puntos más críticos es que las estrategias económicas del estado suelen favorecer al capital foráneo, ignorando al empresariado y talento local. Esta lógica genera dependencia y frena el crecimiento interno.
La solución, afirma, es construir un modelo de complementariedad: permitir que la inversión externa se vincule con emprendedores y profesionistas locales mediante cadenas de proveeduría, coinversiones y desarrollo de talento. Así, el capital foráneo se convertiría en un motor de impulso, no en un reemplazo del talento local.
Primer empleo: una puerta que también se cierra
Otro obstáculo es la resistencia a contratar recién egresados. “Cuando las empresas cierran la puerta a los recién egresados, exigiendo experiencia previa que muchas veces no es realista, generan un círculo vicioso: el joven no consigue empleo porque no tiene experiencia, pero tampoco puede obtener experiencia porque no consigue empleo.”, señala López Aranda.
Al no encontrar programas de primer empleo, mentorías o esquemas de capacitación laboral lo entienden como un mensaje de que “aquí no hay espacio para ellos” y dirigen su atención a otros estados o países que ofrezcan dichas herramientas para su desarrollo profesional.
“Más allá de ser una práctica injusta, es también contraproducente para el propio empresariado local, porque al no apostar por el talento joven, se pierde la posibilidad de formar equipos frescos, innovadores y con nuevas competencias”. declara..
Retener, reconectar, reconstruir
La fuga de talentos en Zacatecas no es solo una consecuencia de salarios bajos o falta de empleo. Es un reflejo de un modelo económico, educativo y social que no ha sabido abrir espacios de crecimiento real para sus jóvenes.
Retener el talento local requiere algo más profundo que discursos: se necesita un cambio estructural que valore, apoye y proyecte a las nuevas generaciones. Mientras eso no ocurra, cada decisión de emigrar será también un voto silencioso de desconfianza hacia un sistema que aún no ha aprendido a cuidar lo más valioso que tiene: su gente.
