Hoy más que nunca, el mundo laboral está cambiando a gran velocidad. La tecnología, la automatización y la inteligencia artificial no solo están modificando la forma en que trabajamos, también las habilidades que necesitamos para seguir siendo relevantes. En este panorama, términos como reskilling y upskilling se vuelven clave para adaptarse y crecer profesionalmente.
Según un estudio del McKinsey Global Institute advierte que, para 2030, entre 75 y 375 millones de personas en todo el mundo tendrán que cambiar de ocupación. Ante este escenario, aprender nuevas habilidades ya no es opcional: es esencial.
Reskilling
Se refiere a la adquisición de nuevas habilidades o competencias para asumir funciones diferentes a las originalmente desempeñadas. Esta transición suele implicar un cambio de área, rol o incluso de sector laboral. Según BBVA Bancomer, permite pasar de un puesto a otro mediante la formación en habilidades técnicas que complementan las habilidades blandas con las que ya cuenta la persona.
Upskilling
Se enfoca en fortalecer o actualizar las competencias existentes dentro del mismo perfil profesional. Es decir, se trata de hacer mejor el trabajo que ya se realiza, integrando nuevos enfoques, herramientas o conocimientos. Según Stanford Online y LinkedIn, busca mejorar habilidades para progresar en una carrera o mantenerse vigente ante la evolución del entorno laboral.
¿Cómo se relacionan con el futuro del trabajo?
El reskilling y el upskilling no son conceptos aislados, son estrategias necesarias en un entorno donde la transformación digital modifica continuamente las funciones laborales. Además, estas contribuyen a construir perfiles más flexibles, adaptables y capaces de integrarse en equipos multidisciplinarios.
Su implementación impacta no solo en la empleabilidad individual, también en la productividad y resiliencia de los sectores económicos frente a las nuevas exigencias del mercado.
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