En los últimos días, la relación entre Estados Unidos e Irán se tensó de forma inédita tras décadas de evitar un conflicto directo. El presidente Donald Trump ordenó ataques militares contra tres instalaciones nucleares iraníes, lo que marca un giro en la política exterior de Washington hacia Teherán.
Este paso, considerado el más significativo de su segundo mandato, rompe con la práctica de administraciones anteriores de contener la confrontación militar directa con la república islámica.
Respuesta de Estados Unidos
El pasado 21 de junio, Trump expresó lo siguiente a través de su red Truth Social: 
“Hemos completado nuestro ataque muy exitoso contra tres sitios nucleares en Irán, incluyendo Fordow, Natanz y Esfahan. Todos los aviones ya están fuera del espacio aéreo iraní. Se lanzó una carga completa de bombas sobre el sitio principal, Fordow. Todos los aviones regresan a casa de forma segura. Felicitaciones a nuestros grandes Guerreros Americanos. No hay otro ejército en el mundo que pudiera haber hecho esto. ¡AHORA ES EL MOMENTO DE LA PAZ! Gracias por su atención a este asunto.”
“Cualquier represalia de Irán contra Estados Unidos será respondida con una fuerza mucho mayor que la vista esta noche.”
Horas después de la operación, el vicepresidente JD Vance afirmó que Estados Unidos no está en guerra con Irán, sino con el programa nuclear de Teherán. Esta declaración buscó aclarar la posición del gobierno ante la comunidad internacional y la opinión pública.
Respuesta de Teherán y medidas del parlamento iraní
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, declaró que su país se reserva todas las opciones para defender su soberanía y a su pueblo tras los ataques.
En respuesta inmediata, el parlamento iraní aprobó el cierre del estrecho de Ormuz, ruta estratégica por donde transita más del 20 % del petróleo y gas del mundo. No obstante, la decisión final corresponde al Consejo Supremo de Seguridad Nacional, conformado por el presidente Masud Pezeshkian, ministros clave, representantes del líder supremo y miembros de las fuerzas de seguridad.
El estrecho de Ormuz, situado entre el Golfo Pérsico y el Golfo de Omán, es uno de los principales puntos de tránsito de crudo y gas a nivel mundial. Por lo que un cierre total o parcial podría afectar significativamente los precios y la disponibilidad de energía a nivel internacional.
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