En los primeros meses de 2025, la industria automotriz vivió una intensa volatilidad bursátil tras el anuncio del presidente Donald Trump de imponer aranceles del 25% a vehículos ensamblados fuera de Estados Unidos. Aunque en abril se confirmó que estos aranceles se ajustarían o suavizarían para no desestabilizar la cadena de suministro automotriz norteamericana, en especial con Canadá y México, la reacción en los mercados ya había dejado su huella.
El sector automotriz, altamente integrado a nivel regional, se convirtió en epicentro de especulación financiera, revisiones de proyecciones de ingresos, ajustes en programas de recompra de acciones y cambios en las guías financieras para inversionistas. En este contexto, las marcas con producción en México y Canadá fueron las más castigadas en bolsa, mientras que firmas como Tesla, con ensamblaje 100% estadounidense, aprovecharon la coyuntura.
Tesla: ganadora temporal en medio del caos
Al no tener una dependencia directa de la producción en México o Canadá, Tesla fue una de las pocas beneficiadas en el corto plazo. Produce el 100% de sus vehículos para el mercado estadounidense en fábricas en California y Texas, lo que la eximía de los aranceles propuestos inicialmente.
Tras los anuncios de Trump, las acciones de Tesla (TSLA) subieron hasta un 7% en sesiones del 1 y 2 de marzo. Sin embargo, a lo largo de abril y mayo, las acciones acumularon una caída del 25%, influenciadas por una combinación de factores: toma de utilidades, temor a reducción de demanda global y ajustes en previsiones de ventas.
Analistas de Morgan Stanley señalaron que Tesla aún mantiene una ventaja estructural respecto a otros fabricantes por sus costos logísticos y control de producción vertical.
General Motors y Ford: golpeados por la exposición a México
General Motors (GM) advirtió que los aranceles podrían costarle hasta 5 mil millones de dólares en 2025. Esto llevó a la suspensión de su programa de recompra de acciones por 4 mil millones, lo que generó preocupación entre inversionistas.
En los días posteriores al anuncio (principios de marzo), sus acciones cayeron un 9%, arrastradas por las estimaciones de impacto financiero. La empresa no ha actualizado aún sus guías de inversión, y su proyección de ingresos para el segundo trimestre fue revisada a la baja.
Ford, pese a producir el 80% de sus vehículos en EE.UU., no fue inmune. Proyectó un impacto de hasta 1.5 mil millones de dólares, y suspendió su guía financiera para el resto del año.
Sus acciones cayeron ligeramente tras el anuncio, pero rebotaron un 2.7% en abril, tras presentar ganancias trimestrales por encima de lo esperado. El CEO de Ford calificó la situación como “una oportunidad para acelerar la relocalización de procesos críticos” en territorio estadounidense.
Stellantis y el riesgo global
Con fuerte presencia en México, Stellantis (fusión entre FCA y PSA) enfrenta un panorama complejo. Aunque no publicó una cifra de impacto directo, analistas estiman una afectación significativa en sus cadenas de suministro.
Sus acciones experimentaron una caída gradual del 4% entre marzo y abril, reflejando la incertidumbre regulatoria y operativa. La empresa mantiene su enfoque en diversificación geográfica y no ha emitido comentarios formales sobre cambios de producción en respuesta a los aranceles.
Nissan: impacto moderado con riesgo operativo
Nissan, con una presencia significativa en México, particularmente en Aguascalientes, enfrenta riesgos operativos relevantes si los aranceles llegaran a aplicarse de forma estricta. Aproximadamente el 53% de su producción en México se exporta a EE.UU, de acuerdo con INEGI.
Si bien sus acciones no reflejaron caídas abruptas, analistas de JP Morgan estiman que un escenario sostenido de tarifas del 25% podría reducir sus márgenes en Norteamérica hasta en 3 puntos porcentuales. La compañía no ha emitido una guía pública sobre ajustes de producción, pero ha solicitado exenciones especiales bajo el marco del T-MEC para ciertos modelos exportados.
Otros jugadores del mercado
- Hyundai-Kia, con plantas en México, mostró una baja bursátil de 3%, con ajustes en sus proyecciones de entrega de unidades para EE.UU.
- Volkswagen, aunque con menor volumen exportado desde México, enfrentó presión en sus acciones, cayendo un 2% en abril.
- Empresas proveedoras como Magna y Aptiv, con operaciones cruzadas en América del Norte, también fueron afectadas por la incertidumbre logística generada.
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