El Consejo Nacional de Morena aprobó por unanimidad una serie de reglas para regular la conducta de sus aspirantes a cargos de elección popular. Estas medidas incluyen la prohibición expresa del nepotismo electoral y de recibir recursos de entes privados para realizar actos proselitistas.
Nuevas reglas para los aspirantes morenistas
Durante la sesión privada del Consejo Nacional, el presidente del organismo, Alfonso Durazo, destacó la importancia de garantizar procesos internos transparentes. Señaló que, aunque es legítimo que existan aspiraciones dentro del partido, no se permitirá que el crecimiento político ocurra a costa de los compañeros de movimiento.
La secretaria general de Morena, Carolina Rangel, explicó que quienes incumplan las nuevas disposiciones enfrentarán sanciones severas. Las cuales van desde la pérdida de la candidatura hasta la expulsión definitiva del partido. 
Estas decisiones fueron tomadas tras la lectura de una carta enviada por la presidenta Claudia Sheinbaum a la dirigencia partidista. En el documento, Sheinbaum recordó a los consejeros que Morena nació para servir al pueblo y no para alimentar ambiciones personales.
Medidas contra los adelantados y los cargos heredados
El Consejo Nacional acordó, además, lineamientos específicos para evitar que los aspirantes utilicen cargos heredados o adelanten tiempos en los procesos internos. La intención es asegurar que las postulaciones respondan al interés común y no a arreglos personales.
Conductas contrarias a los principios del Movimiento:
- Participar en la entrega o promesa de pagos, dádivas, encargos, candidaturas, programas del bienestar, servicios públicos u otra contraprestación a cambio de obtener respaldo, de votar o abstenerse de votar en un sentido determinado, o de participar en eventos políticos o proselitistas.
- Obstaculizar la participación de la militancia o de sus representantes en asambleas o procesos internos del partido.
- Intervenir, promover o tolerar esquemas clientelares o corporativos con fines político-electorales.
- Utilizar el nombre, el emblema o la plataforma del partido para promover intereses personales, gremiales o de grupo.
- Utilizar la mentira o el engaño como táctica de convencimiento electoral, formulando propuestas o promesas falsas o poco realistas conforme a la competencia del encargo.
- Utilizar recursos públicos, programas de bienestar o esquemas de financiamiento privado para promover la imagen de una persona servidora pública y posicionarla en el conocimiento de la ciudadanía con fines politico-electorales fuera de los tiempos legales de precampaña o campaña, o para influir de cualquier forma en la equidad de una contienda electoral.
- Utilizar o promover conductas o lenguaje sexista, clasista, racista, machista o discriminatorio en discursos, posicionamientos, propaganda electoral o cualquier forma de expresión política.
- Registrarse como persona candidata a un encargo de elección popular sin acreditar al menos una actividad de formación ética y política reciente organizada por el Instituto Nacional de Formación Política.
- Realizar o tolerar actos tendientes a manipular o desvirtuar los resultados de encuestas, insaculaciones, conteos o cualquier otro mecanismo de selección o deliberación interna.
- Imponer métodos de votación a mano alzada o exigir evidencias fotográficas que comprueben el sentido del voto para orientar o
coaccionar la voluntad de quien lo emite.
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