La suplementación es un tema que genera muchas dudas y confusión, especialmente en un mercado en constante crecimiento, impulsado por el interés en mejorar la salud, el rendimiento físico y el bienestar. Según la Alianza Latinoamericana de Nutrición Responsable (ALANUR), el mercado global de suplementos alcanzó 151,900 millones de dólares en 2021 y se espera que crezca un 8.2% anual hasta 2030. Este auge suele estar rodeado de mitos, lo que hace esencial comprender sus beneficios reales y su uso adecuado.
Mitos comunes sobre la suplementación
Los suplementos son necesarios para tener una dieta saludable
Realidad: Una dieta balanceada debería proporcionar todos los nutrientes necesarios. Los suplementos son útiles como complemento, pero no deben reemplazar una alimentación adecuada.
Los suplementos solo son para deportistas
Realidad: Existen suplementos diseñados para una variedad de necesidades de salud, no solo para deportistas. Cualquier persona puede beneficiarse, especialmente aquellos con deficiencias nutricionales o necesidades específicas.
Los suplementos ayudan a perder peso rápidamente
Realidad: No existen suplementos milagrosos para la pérdida de peso. La clave para perder peso sigue siendo una dieta equilibrada y ejercicio regular. Algunos suplementos pueden ayudar a controlar el apetito, pero no son soluciones rápidas.
Todos los suplementos son seguros porque son naturales
Realidad: Aunque algunos suplementos son naturales, no todos son seguros. Algunos pueden tener efectos secundarios o interactuar con medicamentos. Por lo que es recomendable consultar con un profesional de la salud antes de comenzar cualquier suplementación.
Los suplementos engordan
Realidad: La mayoría de los suplementos no contienen calorías significativas, por lo que no deberían contribuir al aumento de peso. De hecho, son útiles para complementar una dieta deficiente sin añadir calorías extras.
Tipos de suplementos y sus objetivos
Existen diferentes tipos de suplementos, cada uno diseñado para cubrir necesidades específicas del organismo:
- Vitaminas y minerales: Esenciales para el buen funcionamiento del cuerpo, especialmente cuando hay deficiencias.
- Ácidos grasos: Omega-3 y omega-6 son fundamentales para la salud cardiovascular y cerebral.
- Aminoácidos: Ayudan a mejorar la recuperación muscular y el rendimiento deportivo.
- Fitoquímicos: Antioxidantes provenientes de plantas que contribuyen a la salud en general.
Es importante recordar que los suplementos no deben reemplazar una dieta balanceada, sino complementar los nutrientes faltantes. Siempre es recomendable consultar a un médico o nutricionista antes de incorporar suplementos a la rutina diaria, especialmente si se tienen condiciones preexistentes o se toman otros medicamentos.
Denise Santana